Hoy, frente a quienes amamos,
sellamos un compromiso de vida.
No solo de caminar juntos,
sino de construir con cada paso
un hogar donde el cariño sea siempre refugio,
las risas sean un abrazo al alma,
y los sueños, el puente sagrado que nos une una y otra vez.
Porque en tus ojos encontré mi destino,
en tus manos, mi calma,
y en tu amor… la certeza de que no existe un “yo” sin “nosotros”.